martes, 28 de noviembre de 2017

CRIOLLOS CANARIOS DOMINABAN EL CULTIVO DE TABACO EN CUBA





CRIOLLOS CANARIOS DOMINABAN EL CULTIVO DE TABACO EN CUBA

       En Cuba entre 1864 y 1930, el cultivo del tabaco estaba en manos de los criollos canarios, cultivadores que recibían el nombre de «vegueros». 

      Muchos canarios buscaron entre familiares y amigos el dinero necesario para conseguir billete de barco, o firmaban contratas con los enganchadores (personas que preparaban estos viajes u ofrecían las contratas). Con alguna gente solían hacer unos contratos, en los cuales había que trabajar en una plantación determinada hasta cubrir el importe adeudado, pero había que hacer un trabajo muy duro y no podían dejarlo hasta que la deuda estuviese saldada.

       Algo claro era que trabajando a jornal en las plantaciones no se podía hacer fortuna. Los canarios eran explotados como esclavos por un jornal, que aunque superior al de Canarias, no era como para estar un par de años trabajando y regresar con los bolsillos llenos.

       Había mucho cuento y leyenda sobre hacer fortuna en Cuba, muchas veces las historias eran contadas para hacer correr la voz y despertar el entusiasmo de la población por los “enganchadores” (encargados de preparar las remesas de emigrantes a Cuba) porque era su negocio. La mayoría de los isleños cuando llegaban y estaban un tiempo se llevaban una gran decepción por las condiciones de explotación y esclavitud a las que eran sometidos, en mayor medida aquellos que llegaban por contrata, obligados a servir a un patrón determinado.


Entre los canarios que trabajaban en Cuba dominaban los “Vegueros”. Cuando llegaban eran contratados como partidarios, vivían y se alimentaban en el sitio y tenían que entregar la producción a los “Sitieros” que la vendían y repartían las ganancias al 50%, o ese era el trato, pero ese porcentaje era apañado y amañado con lo que el pobre veguero se tenía que conformar con lo que recibía por parte de los sitieros. Si las cosas les iban bien podían acumular más riqueza que los trabajadores a jornal, pero tampoco como para retirarse a vivir de lo acumulado. Aparte, entre los vegueros también había otras fórmulas para desarrollar el trabajo según la zona y costumbres; estaban los cuartadarios y los tercedarios (aparceros). Éstos no vivían en el sitio ni se alimentaban de él, solo aportaban al “sitiero un tercio o un cuarto de la producción total, obtenían mayores beneficios que los partidarios. Muchos de estos pasarían con el tiempo como arrendatarios del sitio.

       Las plantaciones de caña e ingenios ocupaban a buena parte de los inmigrantes canarios. Los que no se dedicaban a la agricultura se repartían en un sinnúmero de oficios, entre los que sobresalían los de vendedores ambulantes, «billeteros» y «baratilleros». En Venezuela, más recientemente, era popular el «carrito isleño» dedicado al comercio ambulante por las calles.

       Generalmente en Cuba los isleños solían casarse con isleñas o con pichona de isleño. Le llamaban pichón o pichona a los hijos e hijas de isleños nacidos en Cuba.

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