viernes, 20 de junio de 2014

LA LUCHA DEL PUEBLO TIENE QUE SER DIARIA



 
Las cosas con que una persona disfruta en un momento dado y se encuentra cómodo con ellas no están ahí por casualidad, están porque otras personas que sufrieron injusticias y abusos lucharon durante toda su vida, a algunos su lucha les costó muy cara, sobre todo aquellos que dejaron su vida en el camino o sufrieron las represalias en sus carnes y las de sus familiares para que generaciones futuras no sufrieran lo que ellos. Los que vinieron más tarde, muchos lejos de valorar el esfuerzo de esos antepasados para que pudieran disfrutar de las conquistas de esa lucha, se acomodan y dejan que el tiempo pase como si todo fuera eterno, no se paran a medir las consecuencias por dejar que lo conquistado con tanto esfuerzo pueda acabar con su seguridad y comodidad, solo acaban lamentándose cuando ya no tiene remedio.

         Las empresas y empresarios luchan por sus intereses, y es una lucha diaria y continua. Las administraciones públicas están para poner freno a esos intereses y buscar un equilibrio que beneficie a todos, pero el pueblo tiene que permanecer activo y despierto por si una de las partes rompe con las normas y llega más allá de lo que por lógica tiene que superar. El pueblo no puede estar ajeno a lo que sucede y las decisiones que toman las personas en quien deleguen para que defiendan sus intereses; tienen que estar informados, tienen que participar en la vida política, pública y privada. Tienen que saber de qué forma se administran sus intereses, para cuando sean perjudicados en favor de la otra parte, levantar la voz e imponer la cordura y que las cosas se encaucen por la vía que tienen que ir.

         Cuando hay políticos corruptos que se venden a otros intereses, que no cumplan su cometido para el cargo que ocupan, que se aprovechan del cargo para sus intereses particulares y enriquecerse, no solo es culpable el político, también son responsables todas las personas que están ajenas a la gestión y no hacen nada por impedirlo, ya que la fuerza está en la mayoría, la mayoría es siempre el pueblo, y esa mayoría se gana con responsabilidad, con formación, no acomodándose a las situaciones y dejar de lado esas responsabilidades, o dejar solos aquellos que luchan por sus intereses, que muchas veces son desoídos e incluso criticados y machacados por ejercer su responsabilidad de ciudadano. Queda muy bonito y muy patriótico presumir de su tierra, de sus cosas, en sentirse orgulloso del lugar que les vio nacer, pero no solo hay que decirlo y presumir de ello, hay que demostrarlo asumiendo la responsabilidad de cuidarlo para que otros no lo destruyan, involucrándose y luchando, estando informados y participando en el sistema.