EL PASTOR Y LA CABRA CANARIA

 

La novela de Clave Canaria “EL SOMBRERO DE PAJA” dedica varios capítulos a las andanzas de los pastores canarios que desarrollaron un gran papel en la historia y supervivencia de las islas canarias. El pastor canario pasaba largas jornadas en los lugares de pasto alejados normalmente de los pueblos y caseríos. En esa época lo importante era tener tierras de pasto para el ganado, y los grandes rebaños solían ser de los señores adinerados, ya que por muchas cabezas que pudiera tener un pastor, sin las tierras para el sustento de sus animales poco podía hacer. También había gente humilde que poseía un pequeño ganado y tierras propias o arrendadas. Muchos de estos pastores durante sus largas jornadas en los campos y riscos canarios se juntaban, sobre todo por las noches para hacerse compañía por el miedo que tenía la población a la oscuridad y a los misterios de la noche, por lo que hay numerosas anécdotas de sus andadas. El pastoreo en canarias en tiempos antiguos fue un factor importantísimo en la economía de las islas y base alimentaria de la población. La cabra canaria significó alimento y sustento siendo preciado el buen queso canario que ha llegado hasta nuestros días. Gracias a las cabras muchas familias pudieron mitigar el hambre, con la leche, el queso y el suero. El preciado suero es el líquido residual que resulta después de hacer el queso. Con este alimento se alimentaban sobre todo las familias de los pobres pastores, pero también repartían el excedente entre la vecindad, y lo normal era que fueran los más pequeños a buscar el suero a la casa del queso, que era el lugar donde la mujer del pastor hacía el queso, siendo ese el lugar más limpio de la vivienda familiar del pastor. Gracias al suero muchas familias pudieron tener algo que llevarse a la boca en unas épocas de carestías y miserias. En esa época, como en la actualidad en nuestros pueblos, quien no tenía ganado siempre poseía dos o tres cabras cerca de la casa para el sustento familiar que cuidaban con mino y esmero, por lo que una cabra era tan valorada como una persona. La cabra es un símbolo de la cultura canaria.

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LA MUJER CANARIA DE ANTAÑO

 

La novela de Clave Canaria “EL SOMBRERO DE PAJA” dedica un capítulo a la mujer canaria de antaño. A lo largo de sus capítulos deja ver el papel tan importante que desarrollaron a lo largo de la historia. Mujeres valientes que lucharon y sacaron adelante a la familia en unas duras condiciones de hambre y miseria, muchas veces solas por la alta mortalidad masculina, ya que era muy frecuente que los hombres murieran en accidentes laborales, muchas veces despeñados en los riscos de la geografía canaria. Enviudaban muchas bastante jóvenes y con familia numerosa. Siempre puesta en un segundo plano en la sociedad, tratada como sirvienta y fábrica de niños con falta de derechos respecto al hombre en una sociedad basada en la ética y moralidad impuestas por la iglesia a las cuales se tenían que amoldar, porque cualquier salida de lo establecido para la forma de vida y comportamientos de esos años significaba su desprecio por parte de la vecindad. Muchas de estas mujeres enviudaron jóvenes, pero con todas las dificultades lucharon y sacaron adelante a familias enteras sin más ayuda que la de sus manos y su lucha por sobrevivir creciéndose ante las duras adversidades que les tocó vivir. Muchas quedaron solas cuando sus maridos emigraron a buscar el sustento a otros lugares, sobre todo a Latinoamérica. Unas recibieron ayuda de las Américas y pudieron hacer una vida más llevadera, pero otras muchas no volvieron a ver a sus maridos y solas lucharon y salieron adelante. En tiempo de guerras fueron ellas las que con su trabajo fueron capaces de reconstruir países enteros porque los hombres estaban en combate, y cuando acababan las guerras, con una población mermada de hombres, ellas trabajaron y se sacrificaron levantando naciones, pero cuando todo se restablecía, la cruel sociedad machista las relegaba a un papel secundario sin el merecido reconocimiento a su lucha y sacrificio pasando nuevamente a un segundo plano. Hoy en día no se puede permitir ni un solo gesto de discriminación por razón de sexo, porque la sociedad avanza, crece y tiene razón de ser porque la aportación de ambos sexos hace posible que la vida continúe.

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