OFICIOS CANARIOS, CANTERÍA

Con la piedra
extraida se construían viviendas, molinos, fortalezas, hornos, bancales,
cercados, etc.
El trabajo de
cantero se compaginan con el de los labrantes, también llamados escultores o
artistas de la piedra. Estos últimos llegaron a trasladarse a las diferentes
Islas de Canarias para realizar sus trabajos en los monumentos y grandes
edificios. Cuba contó con algunos labrantes que se encontraban exiliados y
participaron en la labra del Malecón de La Habana. También llega la piedra de
Arucas hasta San Antonio de Texas (Estados Unidos). Hay datos de su presencia
del sur en el sur Bolivia y en Venezuela en la Plaza de Canarias de Caracas.
En la
actualidad, el trabajo en la cantera se ha mecanizado en gran medida, y una
parte de la producción se destina a la restauración de estructuras
arquitectónicas de valor patrimonial.
Se intenta
rescatar el oficio a través de las Escuelas Taller, donde los jóvenes aprenden
a restaurar y conservar el patrimonio arquitectónico de los cascos históricos
de la isla.

El taller del
cantero es la propia cantera, la cual se explotaba por solares, aunque la
finalización de la pieza de piedra se hace ya, a pie de obra.
Las canteras
solían estar en lugares poco accesibles, la mayoría en barrancos y lejos de los
núcleos urbanos. Para transportar las piedras se usaba carros tirado por
animales pero cuando las condiciones del camino no lo permitían habían que
sacar la piedra a hombros.
Los canteros
no eran los propietarios de las canteras, aunque éstas solían estar situadas en
lugares cercanos a las viviendas de los trabajadores.
La cantería es
un oficio que necesita, para su desempeño, un amplio número de utensilios y
herramientas, entre las que podemos encontrar: de percusión (cuñas, mazos,
marrón, picos, martillos, bujardas, escodas, maceta); de medición (compases,
escuadra y metro), de corte (sierra, tronzador) y de precisión y acabado
(cinceles, punzones, trinchante, fiador, plomada, formón, escoplos).
La llegada de
las nuevas tecnologías ha ocasionado la desaparición, en parte, de canteros y
labrantes.