viernes, 20 de noviembre de 2015

ALEXIS MIRANDA PRESENTA "HOY SÉ"




El artista canario Alexis Miranda nos presenta su nuevo disco en solitario “HOY SÉ”. Un disco cargado de temas inéditos, pop, pop latido, baladas, e incluso se atreve de forma sobresaliente con una bachata. Una producción de altura que nada tiene que envidiar a grandes producciones internacionales.

Alexis Miranda decide no versionar ni hacer lo que casi todos hacen, una apuesta arriesgada pero la única que le puede llevar al éxito, marcando su propio carácter, con un estilo fresco que hace que sus canciones calen de forma rápida entre el público.

El disco se compone de catorce temas inéditos escritos por autores no solo canarios sino a nivel internacional como Juan Mari Montes, Pancho Delgado, Adolfo Peña, Fabián Farhat, Pablo Cruz, Óscar Sanz y el propio Alexis Miranda que ha participado en el arreglo y adaptación de algunos temas con su propia letra, con la producción musical de Vinod Rewachand y el propio Alexis Miranda.

La presentación se realizó en el CICCA con una banda de músicos que con su magia no dejaron a nadie indiferente. La dirección musical corrió a cargo de Manolo López al piano, Juanjo Santana a la guitarra, Rafa Daza al bajo y Óscar López con la batería. También participaron Ismel que imprimió la magia del sonido del violín y la colaboración de Beatriz Pérez, una gran voz que fusionada con la de Alexis, en el tema "quiero pedirle a la vida" nos envuelve y nos atrapa.

El artista disfrutó sobre el escenario y contagió su alegría al público que le felicitó doblemente, una por el disco y otra por su cumpleaños que coincidieron en el mismo día. Como es habitual en el artista, con sus palabras destacó su carácter y la humildad que le caracteriza, agradeciendo la ayuda desinteresada que siempre le han prestado sus familiares y aquellos que han pasado por su vida, y es que bondad recoge bondad, y solo recibe todo aquello que el también da a los demás.

Como al canario, le deseo que vuele, que vuele lejos y muy alto con total libertad, que cruce los dos charcos y recoja todos los éxitos posibles, porque en su vuelo estaremos presentes todos los que le conocemos y seguimos su carrera musical. Con un disco de calidad plagado de temas que calan entre el público con los que su voz e interpretación nos toca el corazón.


Los sueños, sueños son y de ellos alimentamos al alma, nos dan la fuerza cada día para seguir adelante y alcanzar nuestras metas, y con una mezcla de paciencia y cordura todo llega algún día, y parte del sueño de Alexis ha llegado con este disco. Solo hace falta seguir aplicando esta misma receta para que lleguen otros de más altura y calado, por ello debe seguir creyendo en sí mismo y luchar cada día porque se realicen y pueda verse en esos escenarios que siempre ha soñado y quiere verse, como nosotros también soñamos con verle en el lugar que merece.


Solo me queda felicitarle a él y a todos los que han participado en este gran trabajo y desearle toda la suerte del mundo para que alcance el lugar que a buen seguro se merece. Sigue soñando, todo va llegando.
 


jueves, 7 de mayo de 2015

COGIDA DE PAPAS Y SANCOCHO CANARIO



La familia de los Sogas tenía un huerto grande dividido en tres cadenas, pertenecientes al patriarca, Nicolasito el Soga. En la época de las papas colaboraba toda su familia, desde el plantío, cavarlas, azufrarlas hasta cortar la rama y cogerlas. La cogida de papas era una fiesta familiar donde se reunían todos los miembros más algunos amigos allegados a la familia. Aunque era una tarea dura la realizaban gustosamente, ya que era una ocasión especial, les proporcionaba alimento y ayuda económica la mayor parte del año. Era tradicional que después de la cogida se hiciera un sancocho. Los días anteriores el viejo había comprado el pescado salado, el gofio y demás elementos necesarios. Doña Azucena ponía el día anterior el pescado de remojo, cambiándole regularmente el agua para desalarlo. Desde muy temprano se reunían en las tierras para comenzar con la siega de la rama. Ésta no se desperdiciaba, servía como alimento de los animales o se dejaba secar y servía de abono para la tierra junto con el estiércol. Los más mañosos se encargaban de desenterrarlas con cuidado para no picarlas. Las picadas se tenían que consumir rápido porque si no se estropeaban. Eran aprovechadas para el sancocho. Se recogían en cestos. Cuando terminaban las sacaban a la orilla de la tierra para transportarlas al lugar donde las conservaban. Los lugares de almacenaje eran los pajares y alpendres, cuevas o en la propia casa, alejándolas de la luz en lugares frescos para su conservación.

Mientras tanto las mujeres se retiraban a casa con las papas picadas para ir preparando el sancocho, así cuando los hombres acabaran con su tarea estaría la comida a punto de terminar. Ellas se repartían las tareas, unas se ponían a raspar las papas mientras los chiquillos las iban lavando, un gran caldero encina de la cocina de leña para que el agua se fuera calentando, mientras otras preparaban el pescado salado.

Doña Azucena era muy mañosa en la cocina, se había traído unas pimientas del huerto para preparar un buen mojo para acompañar, imprescindible en un buen sancocho. Solía preparar dos mojos, uno picón para los hombres y algunas mujeres que se atrevían, y otro más suave para el resto de mujeres y niños. Con el picón había que tener cuidado puesto que si se preparaba muy fuerte se les podían saltar hasta las lágrimas a más de uno. Era momento de ajetreo en la casa, pero todos muy contentos. Llegaban los hombres y se sentaban por los alrededores disfrutando de los buenos olores que salían de la cocina. En el humeante horno el pan estaba preparado. Uno de los hombres cogía un puñado de ramas de incienso para barrer y limpiar el horno de brasas y cenizas. Cuando el patriarca llegaba se iba directo a la mesa. Ella le había sacado el gofio, el cacharro y todo lo necesario para amasar la pella. El honor de amasar se confiaba a los más viejos, en este caso al patriarca del clan, no les gustaba que otros hicieran ese trabajo.

Cuando todo estaba listo, los primeros que comían eran los más pequeños, para que luego se fueran a jugar y no dieran la lata. Los hombres se sentaban todos juntos y eran atendidos por las mujeres, ellas comían juntas y casi siempre en último lugar. La mesa estaba alegre con el sancocho de papas recién cogidas. A cada comensal se le ponían papas, unos trozos de pescado y una pella de gofio. Cada uno se servía la cantidad de mojo a su gusto. Para la ocasión estaba el garrafón de ron y otro de vino, cada cual se servía lo que le gustaba. Cuando acababan de comer las mujeres empezaban a recoger la mesa para lavar la loza y dejar todo recogido.

Con el estómago lleno y agradecido, unos vinos y rones encima, aparecen la guitarra, bandurria y el timple, que son los protagonistas del evento a partir de ese momento. Algunos aprovechan para echar la siesta, mientras otros siguen la parranda. Ya ensalzados, cuando las mujeres habían terminado con las tareas del hogar se unen a estos y comienzan los bailes, acabando por la tardecita. La cosecha de papas había sido buena y tendrían para comer un buen tiempo y vender para cubrir gastos y sacar algún beneficio.

viernes, 13 de febrero de 2015

CASA TRADICIONAL CANARIA




En Canarias la casa rural popular estaba elaborada con los materiales más cercanos a los solares de construcción, se usaba piedra, madera, barro, teja y la cal. La piedra fue básica, empleándose sin labrar o ligeramente modificada en escuadras. Las más grandes se usaban en las esquinas, las pequeñas y cascotes para las paredes y ripiar. Para los sillares, se escuadraban toscamente, se usaban en el contorno de los vanos, en la puerta y las esquinas. 



Los techos de las casas eran por lo general a dos aguas, y también los había a cuatro. Una gran viga que cruzaba la vivienda de un extremo a otro. Entre la viga y las paredes se colocaban vigas menores. Sobre estas se colocaban astillas de tea o tablas de madera, pero generalmente cañas porque se conseguían con facilidad o a menor coste. Encima una mezcla de barro y paja, y al final tejas que hacían de aislante para el agua. Las casas más humildes eran de piedra vista, aunque también mezclaban cal con barro para encalar y aislar de los elementos. En tiempos antiguos el suelo estaba hecho de piedras y barro y ponían esteras de palma para cubrirlo, algunas, de gente más pudiente, estaban cubiertas de tablones de madera de pino.