miércoles, 28 de agosto de 2013

OFICIOS CANARIOS, HILADOS


 
OFICIOS CANARIOS, HILADOS
La novela “EL SOMBRERO DE PAJA” dedica sus páginas al mundo rural entre los años 20 y los 40 del pasado siglo, donde la artesanía era el único modo de conseguir los enseres que necesitaban los moradores de estos lugares para su vida diaria fabricados a mano por los habilidosos artesanos de antaño.
Este oficio fue practicado exclusivamente por mujeres del contexto rural, donde la transmisión de los conocimientos se producían por vía materna, es decir la madre y / o abuelas enseñaban a la generación siguiente. La dedicación a esta actividad es parcial y regular, se practica durante toda la vida, pero durante el tiempo que quedaba libre entre el resto de actividades. Estamos hablando de un oficio individual en el que era frecuente que varias mujeres se reunieran para hilar.
Es una actividad intrínsecamente asociada a la actividad económica del pastoreo dado el suministro directo de la lana de oveja, y de hecho, muchas de las hilanderas pertenecen a familias de pastores.
En las Islas Canarias, el número de hilanderas en activo es muy escaso. Sus edades están entre los 66 y los 84 años.
La producción se orienta hacia la producción de prendas de vestir y bolsos de colgar o alforjas. Usándose las madejas hiladas a mano para tejer piezas de los diferentes trajes tradicionales.
A partir de los años ochenta del siglo XX se comienza a fomentar las ferias de artesanía, donde el público accede directamente al producto.
La consideramos una actividad doméstica porque el taller en sí no existe, ya que se puede hilar en cualquier rincón de la casa: de pie, sentada, e incluso como ilustran algunos grabados de la primera mitad del siglo XIX, realizados por el dibujante J.J. Williams, se puede hilar mientras se caminaba o se va a lomos de un burro o caballo.
Para la persona que hila y prepara la lana, las herramientas fundamentales son: la rueca, el huso, las cardas y la devanadera.
Actualmente en las islas se trabaja con lana de oveja, la más utilizada tradicionalmente, aunque llegó a hilarse lana de otros animales, como la de camello. También se hilaban fibras vegetales como el lino y el algodón.