LUCHA DEL GARROTE
El
enfrentamiento con palos era una práctica común entre los aborígenes canarios,
y su origen habría que situarlo en la actividad bélica, aunque también hay
referencias que nos indican el carácter lúdico que tenía para los primeros
pobladores, antes de la llegada de los conquistadores.
El garrote es
un palo realizado en madera, que puede tener diversos tamaños y grosores, y que
era una herramienta utilizada por el pastor aborigen, de manera cotidiana, no
sólo para el manejo del ganado, principal actividad económica de la época, sino
para defenderse de agresiones entre diferentes clanes o grupos que rivalizaban
por los pastos y otros asuntos.
La orografía
insular obligaba al pastor aborigen al uso del garrote, puesto que lo
necesitaba para agilizar sus desplazamientos, en busca de pasto para el ganado.
El pastor
canario se desplazaba sólo, con su ganado por diversos parajes insulares, donde
a diferencia que en la actualidad no existía poblamiento, ni vías de
comunicación por lo que en muchas ocasiones la seguridad podía verse
comprometida por la peligrosidad del terreno, a su vez el pastor tenía que
hacer incursiones con su ganado en territorios desconocidos en busca de nuevos
pastos por lo que podía darse el caso de que existiesen otros grupos utilizando
la zona, dando lugar a enfrentamientos.
Al pastor,
debido a su aislamiento y a su espíritu sacrificado, le conferían un carácter
recio y fuerte, desarrollando una resistencia física y psíquica que no poseían
los habitantes localizados en asentamientos.
Los choques
entre pastores se definen a través de la Lucha del Garrote siendo el más fuerte
y hábil el ganador; de esta manera podemos hablar de un pastor - guerrero, es
decir, una persona que cuida de su ganado y a la vez posee la capacidad para
dar una respuesta inmediata ante una agresión o invasión de su territorio.
Después de la
Conquista, el pastor aborigen mantiene su actividad ganadera conservando su
principal herramienta, a la cual se le introduce un cambio fundamental: el
puyón o regatón de hierro en uno de sus extremos con el fin de ser utilizado
como punto de apoyo.
El pastor,
dado su aislamiento, tenía un carácter reservado, siendo los contactos con los
colonos muy puntuales, pero se establece una relación simbiótica ya que el
pastor necesita algunos objetos o alimentos y los colonos saben que el pastor
es el mejor conocedor de las veredas y pastos para el ganado, además de ser un
buen proveedor de carne, queso, leche y cueros.
El aislamiento
del pastor hace pervivir el uso del palo y del garrote, a diferencia de otras
costumbres que se perdieron hasta su reciente recuperación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario