La novela “EL SOMBRERO DE
PAJA”habla en sus capítulos que en tiempos antiguos las brujas, los miedos, las
almas en pena, espíritus, etc. solían tener a la población atemorizada. A las
gentes no les gustaba andar por las noches solas, aunque de día en parajes
desolados tampoco. Todos temían algo, pero siempre había alguna familia que era
más miedosa que el resto, y solían ser objeto de bromas. Muchos de estos
misterios cuando con el tiempo se descubrían y se quedaban en simples
anécdotas, pero los que no seguían perviviendo en la memoria colectiva como
real. La brujería era muy habitual y lo más que llenaban eran los bolsillos de
quienes la practicaban engañando a sus víctimas. Muy importante fue la labor de
las curanderas, santiguadoras y yerberas, que se consideraban brujas buenas,
que prestaban gran ayuda a sus vecinos, y muchas veces sin cobrar por la
voluntad. Otra figura muy importante era la de la partera, que se transmitía de
generación en generación. Por la falta de médicos y una deficiente sanidad,
gracias a estas personas se salvaban la mayoría de los partos. Hacían este
trabajo por vocación y muchas no solían cobrar, pero nunca se iban con las
manos vacías por la generosidad de sus vecinos.
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